viernes

El equilibrio es imposible.

"Confía en mi, nunca has soñado poder gritar y te enfureces, es horrible el miedo incontenible. Entonces ven, dame un pedazo, no te conozco cuando dices: qué felices, qué caras más tristes."

El reto mental era demasiado suculento como para dejarlo ir por un poco de sobrevalorada paz interior. La paz interior es una mierda; la belleza está en las curvas, en lo nublado, en el quizás. No me gusta dar las cosas por sentadas y tal vez por eso esté escribiendote esto ahora.  Nunca has sido un seguro de vida, y yo tampoco lo he pretendido. Pero cariño, yo ya no entiendo ni media. Tu mente es lo primero que se me escapa totalmente en mucho tiempo. Porque puedes dar más, y menos; y sin embargo te quedas en un limbo que soy completamente incapaz de interpretar. Y me frustro, y sufro, y me gusta, que es lo peor. El masoquismo emocional se multiplica día tras día, y ojalá llegue a tu conciencia.
 Estoy disfruntando de esto, pero te juro que hay noches en las que quisiera gritar y tirar huevos a tu ventana. Como esta noche, como ayer... porque esta semana es impar y te ha tocado no quererme. 

"Ella sabe y presiente que algo ha cambiado, ¿dónde estás? no te veo, ya lo entiendo, ahora ya no me lamento, no sigo detrás, ¿para qué? Si cada vez que vienes me convences, me abrazas y me hablas de los dos... Y yo siento que no voy, que el equilibrio es imposible cuando vienes y  me hablas de nosotros dos, no te diré que no, yo te sigo porque creo que en el fondo hay algo."

Y porque desmoronas mi altísima dignidad con una facilidad que asusta. Porque no lo entiendo. Porque me quedo sin palabras intentado explicar lo que pasa aquí. "En el fondo hay algo" quizá sea la descripción más acertada. Y qué coño es algo, me pregunto cada noche. No te creas, no lo quiero saber. Una respuesta lo estropearía absolutamente todo. Si es que hay algo que estropear. Aunque por mucho que tus semanas de abstinencia y el mundo en general me hagan pensar que no, se al cien por cien que sí. Qué esas noches no han sido en vano. Que se que dejas caer tu muro casi tan poco como yo, y que ambos lo hemos hecho. Y desnudarte cuando ya lo estás crea una de las mayores intimidades que puede tenerse. Aunque haya que fingir por la mañana, y pretender que volvemos a diciembre.


Ups. Casi me olvido del mensaje principal. Gilipollas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario