martes

Qué putada.

El primer golpe es el más duro. Brutal, preciso, titánico. De estas patadas en el estómago que te dejan sin respiración. Porque no te lo esperas. Y aunque tengas la sospecha de una mínima sombra, desde luego no esperas que llegue así, y aún peor, no esperas que duela tanto. 

Pero lo sabes. Porque tú has estado ahí. Y has sido cómplice. Y te viene de repente todo a la cabeza como un comic de ciencia ficción. Y cada imagen es un golpe frío en el pecho. Hasta que tu mente lo reproduce tantas veces que el montaje queda perfecto y tu vida parece una película de Woody Allen con banda sonora y todo. Y si esto es Match Point, yo soy Scarlett, la gran apuñalada por la espalda.

Tiempo de reaccionar. Poner orden. Y acabar por fin con el caos. "I'm fine". Desde luego, no había quién me creyera. Los sucesivos golpes han llegado con el margen de tiempo suficiente para darme la hostia y tirarme al suelo de nuevo justo cuando empezaba a clavar las rodillas. Fuck off.
Qué putada. Ojalá nunca te hubieses ido. Ni hubieses llegado. Ni nada. O sí. O te vayas. O vengas. Yo que sé.




El primer golpe es el más duro.