miércoles

Cállense y sean sumisos

"Las ideas son más poderosas que las armas. Nosotros no dejamos que nuestros enemigos tengan armas, ¿por qué dejaríamos que tuvieran ideas?".

¿Quieres ser feliz? Os voy a presentar una guía, y empezaré por lo más importante de todo: jamás, jamás, jamás pienses por ti mismo. No idees. Te pedimos encarecidamente que no te salgas de los patrones establecidos. No saques los pies del tiesto, y ante todo, ni se te ocurra destacar, en nada, nunca.
No seas demasiado atrevido ni demasiado tímido. No seas muy sexual pero tampoco muy casto. No seas excesivamente alto ni excesivamente bajo. ¿Muy gorda? Obesa. ¿Muy flaca? Anoréxica. No seas inteligente, pero tampoco demasiado tonto. Si eres pobre, por favor, que no se note. ¿Rico? Mejor, pero tampoco lo demuestres en exceso.

Está claro que si eres chica tu obligación es querer tener a un fantástico hombre a tu lado, a poder ser que gane más que tú, aunque es recomendable que tu tengas tu trabajo (inferior) para que no parezcas una mantenida en pleno siglo XXI. Tu adorable novio te pedirá matrimonio a los 27; te casarás, por supuesto, y tendrás un par de hijos que deberán crecer creyendo que ésta es la única forma de vivir. Tus niños se harán mayores y a tu marido le crecerá la barriga; quizá para entonces tenga una aventura temporal con su secretaria para olvidar la soledad de su matrimonio y tú fingirás que no lo sabes porque su sueldo te permite pagarte el gimnasio que mantiene tu culo firme a tus cuarenta y muchos.
Pero serás feliz, porque esa es la vida que te obligaron a querer, y que tú, como buena persona normal, jamás te planteaste.

Te recomendamos también, que si no eres un hombre heterosexual, no disfrutes de tu libertad sexual. Y si aún así, insistes en hacerlo, POR FAVOR, disimula bien.
Fingiremos que no tenemos nada en contra de los gays y las lesbianas mientras ellos sean recatados. Os exigimos además, que no os beséis delante nuestra porque eso violentaría nuestras mentes de personas completamente normales.

Gasta tu sueldo en comprar ropa que esté de moda, ir al gimnasio, y en peluquería, por supuesto, nunca olvides que tu modelo a seguir son Barbie y Ken.

No te plantees otra vida, intenta no moverte mucho, viajar es recomendable, una o dos veces al año quizás, pero emigrar, aún más si es por gusto, eso es otro asunto. Y no nos gusta. Preferimos que nazcas y mueras en el mismo lugar.
No te intereses en política, ni en religión ni en ateísmo. Es mejor no señalarse. Eso sí, de fútbol puedes hablar todo lo que quieras, claro que si eres chica, preferimos que sepas quienes son los futbolistas guapos y no lo que es un fuera de juego.

Si habéis llegado hasta aquí y no habéis notado la ironía, os invitaré educadamente a salir de mi blog. Para los que sí, os he enseñado a ser felices, ahora os enseñaré a vivir: que les jodan. A todos y a cada uno de ellos. No permitas que te digan como vivir tu vida. Que con su pan se coman sus normas sociales.

Ojalá llegase pronto el día en qué a la gente no le inspirase pena una persona por el simple hecho de vivir sola (sin ocuparse de saber si es su libre elección), o en que una mujer no mire a otra con condescendencia por no haber tenido hijos, como si hubiese fracasado en su vida. O en que tu ropa, tu maquillaje, o tu sexualidad no fueran objeto de comentarios.                                             Pero mientras esto ocurre, haz lo que te plazca igualmente. Las etiquetas no son más que condicionantes y las expectativas en mi vida solo me las voy a poner yo.


Ellos no son tú. Así de simple.


martes

Love is a laserquest

El por qué hoy es un misterio. Tu olor me ha traído hasta aquí, quizá incluso tu olor imaginado en otra persona, en otro hombre, en otra vida. Ahora ni siquiera consigo recordarlo, pero haberlo olido en ese momento ha erigido nuestro recuerdo en  mi cabeza de una forma pavorosa. El fantasma de tu mano. Siempre veo la misma escena, supongo que por qué es la única vez que me sentí necesitada. I need you to need me back. Y siento tu mano cogiendo la mía y tirándome suavemente sobre tus caderas. Y tu forma esconder tu cara entre mi cuello y mi clavícula porque estabas mal, aunque yo no sabía por qué pero aún así tu te sentías mejor. Nunca antes lo había visto con tanta claridad porque quizá no le di la importancia que tenía. Encontraré una mejor manera de fingir que fuiste solo otro amante.



A veces hasta pienso que preferiría ignorar todo lo malo. Y a veces, encuentro a una pequeña parte de mí ideando una historia en la que no ha pasado nada. Incluso hay veces, como ahora, en las que pienso que si te tuviera delante, olvidaría durante unas horas. Sin embargo, esto es un supuesto, tu no estás aquí, ni lo estarás el resto de las noches y yo no tengo nada que plantearme.

Y hoy te echo jodidamente de menos.